miércoles, 14 de enero de 2009

El Milagro de la Salvación



-Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito para que todo aquel que en él cree no se pierda mas tenga vida eterna. (Juan 3:16)
 


Como se recibe el milagro de la salvación? 

La salvación comienza creyendo, recibiendo con fe, la palabra de Dios.
Esta palabra nos dice que Dios envió a su Hijo para darnos vida eterna (1 Juan 5:11-12), que murió para salvarnos (1 Tim. 1:15 ), que su sangre nos limpia de todo pecado (1 Juan 1:7 ), pero no se quedo en una tumba sino que que resucitó de entre los muertos (1 Cor. 15:17). Esta es la fe del Cristiano. 

Jesucristo es el único mediador entre Dios y los hombres, "y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos". (Hechos 4:12 ); (1 Timoteo 2:5).

"El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo, no verá la vida , sino que la ira de Dios está sobre él". ( Juan 3:36)



En que consiste la salvación? 

El milagro de la salvación consiste en quedar totalmente limpios de nuestros pecados, es pasar de la obscuridad a la luz que es Cristo, es nacer de nuevo (Juan 3:3-7), es pasar de muerte a vida eterna, al aceptar que Jesucristo es nuestro único salvador. 

La Biblia nos enseña de la gran obra de Dios para salvar la humanidad: 


"Aún estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo y juntamente con El nos resucitó" (Efesios 2:5).  
"Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros pues es don de Dios; no por obras para que nadie se gloríe. (Efesios2: 8). 

La salvación es un nacimiento espiritual (Juan 1:12-13); pero como todo ser que nace, o como toda semilla que brota y que trae la vida dentro de sí, necesita alimentarse para subsistir, para crecer y dar frutos. Porque, si bien no nos salvamos por obras, porque la salvación no es por méritos propios, sí debemos saber que al recibir a Jesús con verdadera fe; permanecemos con él , orando, escuchando y leyendo la palabra de Dios, (Esto es alimentándonos por medio de Su palabra), entonces la pondremos por obra por amor a EL, por lo cual llevaremos frutos, muchos o pocos, de acuerdo a la fe que actúa en nosotros.

 
Así como físicamente y mentalmente cumplimos un proceso de maduración, así de igual manera espiritualmente. Como de niños necesitamos leche para crecer; nuestro alimento espiritual es la palabra de Dios. (Hebreos 5:12-13

La mejor manera de entender todo este proceso espiritual es por medio de la parábola del sembrador.
La semilla es la palabra de Dios y el terreno es tu corazón. Cuando la semilla cae en buena tierra, brota, crece y da buen fruto

"Oid: He aquí el sembrador salió a sembrar y al sembrar aconteció que una parte cayó junto al camino y vinieron las aves y las comieron.
- Otra parte cayó en pedregales, donde no tenía mucha tierra; y brotó pronto, porque no tenía profundidad de tierra, pero salido el sol, se quemó; y porque no tenía raíz se secó.
- Otra parte cayó entre espinos; y los espinos crecieron y la ahogaron, y no dio fruto.
- Pero otra parte cayó en buena tierra y dio fruto, pues brotó y creció y produjo a treinta, a sesenta y a ciento por uno.
Y les dijo: No sabéis esta parábola? Cómo, pues, entenderéis todas las parábolas?
El sembrador es el que siembra la palabra.
-Y éstos son los de junto al camino: en quienes se siembra la palabra, pero después que la oyen viene satanás, y quita la palabra que se sembró en sus corazones.
- Estos son así mismo los que fueron sembrados en pedregales: los que cuando han oído la palabra, al momento la reciben con gozo; pero no tienen raíz en sí, sino que son de corta duración porque cuando viene la tribulación o la persecución por causa de la palabra, luego tropiezan.
- Estos son los que fueron sembrados entre espinos: los que oyen la palabra pero los afanes de este siglo, y el engaño de las riquezas y las codicias de otras cosas, entran y ahogan la palabra, y se hace infructuosa.
- Y éstos son los que fueron sembrados en buena tierra: los que oyen la palabra y la reciben y dan fruto a treinta, a sesenta, y a ciento por uno. ( Marcos 4:3-20

He leído muchas veces esta parábola, (antes de convertirme y tener el Espíritu Santo que nos guía, no la entendía bien), realmente no recuerdo cuantas, solo que cada vez que vuelvo a leerla encuentro o descubro nuevas cosas en ella que me hacen entenderla cada vez mejor; y es por esto que creo importante compartir contigo lo que me ayudo a descubrir el Espíritu Santo, ahora que la escribía aqui. 

 
Dios ya ha hecho todo para que tu te salves, aún mas el toca a tu puerta muchas veces, para que lo recibas (Apoc 3:20), creas su palabra; solo hay una cosa que te aparta de él, y eres tu mismo, tu corazón.
 
Y si bien es cierto que tenemos un adversario, satanás, y que es necesario saberlo para cuidarnos de sus ataques, (Efesios 6:10-16), también es cierto que que si sometidos a Dios, le ponemos resistencia, se irá de nosotros (Santiago 4:7). 

 
En la parábola Jesús nos muestra 4 clases de corazones

-El corazón que es como el camino, es el que fue pisado, lastimado muchas veces , se ha hecho duro y la semilla no alcanza siquiera a penetrarlo, queda afuera del corazón, solo en la mente y por esto no brota; estas son personas que llevan tiempo haciendo las cosas a su manera y solo piensan en la propia satisfacción, a veces hasta sienten odio por otras personas pero encuentran siempre una justificación para ello.
Es fácil para satanás robar lo que se siembra en estos corazones, pues la semilla esta expuesta (Satanás solo puede atacar nuestra mente, nuestros pensamientos, o nuestro cuerpo, pero no nuestro corazón, este solo lo podemos endurecer o contaminar nosotros mismos). 

-El corazón que es como los pedregales, es el corazón que tiene partes duras, pero también partes blandas, donde hay buena tierra pero no suficiente para que la palabra produzca raíces y se afirme, la semilla brota pero no crece. Estas son personas que quieren hacer bien de vez en cuando, pero su corazón es mas duro que blando, y tal vez sin darse cuenta hacen mas mal que bien; al igual que el anterior, solo piensan en si mismos, al principio hacen daño a otros sin quererlo, pero con el tiempo se endurecen más y ya no les importa si al buscar beneficio propio hacen daño a otros para conseguirlo. Cometemos adulterio porque nuestra pareja no nos satisface, o nos divorciamos porque no somos felices y buscamos solo nuestra felicidad, o las tristezas nos llevan al licor, etc. o robamos en una tienda porque no lo vemos tan mal.. los due
ños tienen plata, o decimos mentiritas para conseguir un trabajo o negocio, etc. 

En estos corazones la Palabra de Dios se recibe con gozo en el corazón y comienza a brotar, pero no tiene raíz pues las partes duras como piedra se lo impiden, son de corta duración porque cuando viene la tribulación o la persecución por causa de la Palabra, luego tropiezan y se apartan.

-El corazón que es como el terreno con espinos, es un buen corazón, ha recibido la palabra, y comienza a crecer, pero los afanes de la vida, crecen también, queremos una carrera para triunfar, queremos una casa, carro etc. (se preocupa mas por cosas materiales); Y no es que el desear estas cosas este mal, (Mateo 6:25-34), sino que en el afán de conseguir estos sueños, ahogamos la palabra y no damos frutoDios
no es el primero en nuestras corazones, quizá queremos agradarle pero todavía llevamos el control de nuestras vidas y crece tanto el deseo de propia satisfacción que terminamos mal.

Un excelente ejemplo lo encontramos en el pasaje de Lucas 18:18-23 que nos relata acerca del joven bueno y adinerado:

 
"Maestro bueno qué haré para heredar la vida eterna? Jesús le dijo: Los mandamientos sabes, no adulterarás, no matarás, no hurtarás, no dirás falso testimonio, honra a tu padre y a tu madre (mandamientos del amor a tu prójimo. Mateo 22:39). El joven respondió: Todo esto lo he guardado desde mi juventud. Oyendo Jesús le dijo: Aún te falta una cosa:
Vende todo lo que tienes y dalo a los pobres y tendrás tesoro en el cielo, y ven y sígueme.
oyendo el joven esto se fue muy triste porque era muy rico. (mandamiento de amar a Dios sobre todas las cosas, Mat.22:37-38, que aún muchos de los que nos creemos buenos, no cumplimos). 

-El corazón que es buena tierra , es el que recibe la Palabra, la cree y se entrega sin reservas a Dios, pone su vida a su servicio, pone a Dios primero que cualquier cosa o persona, incluso así mismo. Y por su relación cercana con Jesús da buen fruto. (Juan 15:4)
Dios es poderoso para cambiar un corazón duro y hacerlo nuevo (Ezequiel 36:26). 

 
Si reconoces la dureza en tu corazón, pídele a Dios que te lo cambie y él lo hará, estará feliz de hacerlo; es solo que él no quiere robots, El quiere una relación con nosotros, quiere hijos que estén dispuestos a quererlo y amarlo, El nos creó con la libertad de escoger si queremos ser sus hijos o no. 



Que debemos hacer para asegurar esa salvación que hemos recibido por fe? 

La clave es "Entrega". Pues así podemos tener el corazón limpio de espinas, es la única manera que Jesús pueda actuar a través de nosotros y hacernos útil para su obra. Tenemos que reconocer que solos no podemos, que aunque intentemos ser buenos, caemos muchas veces, hacemos daño, porque todo pecado se origina en el egoísmo

"Y llamando a al gente y a sus discípulos les dijo: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame". (Marcos 8:34).
 
"Así, pues, cualquiera de vosotros que no renuncia a todo lo que posee, no pode ser mi discípulo". (Lucas 14:33). 

Permaneced en mí y yo en vosotros, como el pámpano ( retoño de la vid ) no puede llevar fruto por sí mismo si no permanece en la vid , así tampoco vosotros, si no permaneceís en mí.
Yo soy la Vid ,vosotros los pámpanos; el que permanece en mí y yo en el, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer. El que en mí no permanece será echado fuera como pámpano y se secará; y los recogen, y los echan en el fuego, y arden. (Juan 15:4-6). 

Para mas explicacion de estos versos puedes ver: Cristo es mi vida

Hay que permanecer en esta entrega hasta el fin. (Mateo 24:13)
Dios sabe que para perseverar en sus caminos es necesario un esfuerzo continuo de nuestra parte, por esto El nos llena con su Espíritu Santo para ayudarnos y premia al que permanece en El. (Mateo 24:13). Pero hasta en eso, que es nuestro único trabajo, El nos dice que confiemos en su ayuda (Prov. 3:5-6), pues El está siempre con nosotros. (Mateo 28:20)
Y nos guía en todo y fortalece por medio del Espíritu Santo. (Juan 16:13)